Descarga Música Cristiana

viernes, 21 de octubre de 2011

LAS COSAS BUENAS QUE TE ALEJAN DEL CIELO


Auque parezca mentira, mucha gente buena quienes están involucrados en hacer cosas maravillosas no llegarán al cielo. 

  
¡Peor aún, muchos que se consideran a sí mismos cristianos y quienes están convencidos que van a ir al cielo se quedarán afuera – aunque no están entregados a pecados ni cosas malas de cualquier clase! 

Los cristianos a los cuales me estoy refiriendo no usan drogas ni alcohol. Ellos no apuestan. No participan en pornografía o perversión sexual. No son contados entre los viles y malignos. En efecto, puedes encontrar a muchos de ellos en la iglesia cada día. Y pasan la mayor parte de su tiempo libre entre familiares y amistades, disfrutando cosas buenas. Son personas de familia, con valores familiares. 

Dicho esto, quiero hacer una declaración más audaz – una que puede ofender a algunos. Aun así, lo digo con preocupación amorosa por aquellos en la iglesia de Jesucristo que no pueden ver que van directos al desastre: algunos están en peligro de perder su misma alma – ¡aunque se sientan en la iglesia, absolutamente convencidos que van camino al cielo!

Esta idea te puede parecer una paradoja. Pero te lo quiero probar de las Escrituras. Si alguna vez haces caso a cualquier mensaje por el cual el Espíritu Santo te habla, que sea este. 

Este es mi punto: algunos creyentes se quedarán fuera del cielo no por las cosas malas que han hecho – sino porque están tan preocupados con hacer el bien, cosas legítimas, que descuidan las cosas que verdaderamente cuentan – las cosas eternas. 

¡Su celo por las cosas buenas ha echado las cosas de Dios a un lado! 

Tales personas están tan absortas en el presente y lo que está a la mano que ellos literalmente no tienen tiempo para las cosas más profundas de la vida espiritual. Están sudando por establecer su negocio, avanzar en su carrera, proveer por su familia – ¡pero su enfoque esta completamente fuera de orden! 

La Biblia dice: 

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33). 

Estas son las propias palabras de Cristo – y no son una sugerencia, sino un mandamiento. Jesús lo dice en serio, prometiendo: “Si buscas al Señor primero, él se encargará de todas las cosas por las que estás luchando – carrera, negocio, hogar, familia. ¡Pero debes hacer de él tu enfoque primordial!

El apóstol Pablo añade: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto y vuestra vida esta escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:2-3). 

Nuevamente, eso no es una sugerencia, sino un mandamiento. En griego, el significado es: “Pon tu mirada o intereses, en las cosas de arriba.” En otras palabras: “Coloca tu atención – como hierro, como concreto – en las cosas de Dios. Enfócate, empecínate en esto." 

Por favor, entiende – Dios nunca ha exigido que todos vendamos nuestras casas, tierra y posesiones; él nunca ha dicho que debemos renunciar a nuestros trabajos y convertirnos en monges, entregándonos completamente a la meditación y al estudio bíblico. (Sí, Jesús dijo esto, pero solamente a un hombre – porque las posesiones de ese hombre se habían convertido en sus ídolos. Dios no le dice esto a todo el mundo.) 

La gente me ha dicho: “Dios me dijo que dejara a mi cónyuge y a mis hijos para dedicarme al ministerio.” Miro a esta gente directamente a los ojos y les digo: “Dios no te dijo eso. Era tu propia mente o el diablo. ¡El Señor no está en el negocio de romper matrimonios!” Dios nunca te pedirá que hagas semejante cosa. Pero el insiste en ser el centro de tu vida, alrededor del cual giran las demás cosas. Él exige que sus intereses, su iglesia, sus cosas tomen prioridad. ¡Él tiene que ser el centro! 

La indignidad más grande que cualquier cristiano pueda cometer contra el Señor es ponerlo en segundo lugar. Esto es una bofetada en la cara de Dios. Dirás que no eres culpable de tal afrenta hacia él – ¿pero cómo ordenas tu tiempo? Por ejemplo, ¿cuántas veces has faltado a la iglesia para hacer negocios? En esos tiempos, tus clientes no fueron puestos en espera – sino Dios. Ellos fueron primero, ¡por encima de sus intereses! 

Este también es otro mandamiento del Señor. Sin embargo, ¿qué toma prioridad en tu vida? ¿A quién haces esperar – a tu negocio, o al Señor? 

Si no hacemos caso a estos mandamientos, tendremos que enfrentar las terribles consecuencias. Ciertamente, yo nunca supe que Jesús dio tantas advertencias sobre este tema. Quiero llamar tu atención con tres pasajes en particular que veremos en el transcurso de los días.

0 comentarios: