3. Somos probados por nuestras caídas y fracasos.
No quiero decir que los cristianos que vuelven a sus antiguos pecados y al mundo, están siendo probados. No, ¡esos son náufragos!
Pero Pedro advirtió: “Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza” (2 Pedro 3:17). Pedro está advirtiendo a los creyentes que están creciendo en santidad y están dispuestos a seguir al Señor.
Algunos de ustedes pueden haber caído en alguna ocasión a pesar de todo el progreso que han hecho con el Señor. Si les pregunto que causó la caída puede que me contesten: “Hermano Israel, ¡fue en un momento de ira! Fue provocado por mi propia familia, ¡y exploté! No lo entiendo, creí que estaba más dulce, un poco más semejante a Jesús. Pero alguien presionó el botón equivocado, ¡y perdí el control!”
Si en ti hay una raíz de amargura, Dios hará de tu hogar un lugar de prueba. Serás provocado una y otra vez hasta que todo la ira que hay escondida en ti sea revelada, ¡y arrancada por el Espíritu Santo! Tu dirás: “¡Soy un ser humano! ¿Cuánto debo aguantar? No importa si fuiste provocado, o si tenías la razón. ¡La provocación sencillamente comprobó tu necesidad de ser liberado!
Las Escrituras dicen: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” (Efesios 4:31). Dios seguirá probándonos hasta que digamos: ¡Hay un espíritu en mí que tiene que irse! No verás crecimiento en Cristo, paz en tu hogar o en el trabajo, hasta que puedas decir “tienes razón Señor, ¡sácalo de mí!”
Si estás siendo probado en esta área - o en cualquiera otra, puedes estar pensando: “Me siento tan indigno. ¿Cuánto terreno habré perdido? ¿Me ama aún el Señor?
Amado santo, si en verdad te has arrepentido, no has perdido terreno. Dios pone sus amorosos brazos sobre ti y te dice: “Yo permití que eso pasara para que vieras lo que hay en tu corazón. Pero estas progresando. Has dicho que quieres caminar junto a mí, y yo te estoy enseñando. Yo sé lo que hay dentro de ti y permitiré que seas provocado hasta que te deshagas de todo eso.
¿Estas siendo probado? Si es así, sólo ora: “Señor, has puesto tu dedo en algunas áreas de mi vida. Sácalas de mi corazón. Dame el valor, Señor, para no retroceder - ¡voy hacia adelante contigo!
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