Así como la vida del hombre esta dada en etapas como nacer, crecer, también la vida espiritual de todo creyente tiene sus etapas. Es necesario volver a nacer para poder ver el reino de Dios, la niñez espiritual son los primeros pasos en la fe donde se comenten torpezas muchas veces por el hecho de no estar ejercitados los sentidos en discernir, es un cambio de vida el cristianismo y al comienzo como todo niño que aprende a caminar vendrán caídas. El crecimiento es importante, ya vamos dejando lo de niño. El ejercicio de la piedad nos da madurez y entendimiento de la fe. El conocimiento de Cristo y ser hacedores de todo lo que aprendemos, incluso los mismos errores de la "niñez" nos han enseñado.
Hasta crecer y llegar a la madurez donde somos ejemplo a otros, proseguimos al blanco, de nuestro supremo llamamiento, poniendo toda esperanza en aquel que es poderoso para sostenernos.
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