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lunes, 23 de septiembre de 2013

EL GOBIERNO DE LA PALABRA DE DIOS



"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6).

Isaías está hablando aquí de un Salvador - un maravilloso príncipe de Paz que viene a gobernar sobre un reino. Este reino debería formarse de un pueblo que se someta ampliamente a la suprema autoridad de este príncipe. Y el príncipe, así mismo, proveería a quienes gobierne consejo amoroso, guiando y dirigiendo sus vidas.

Por supuesto, el príncipe de quien Isaías habla aquí es Cristo. Verdaderamente el reino de Jesús ha llegado, existe en el corazón de su pueblo. Y el gobierno de toda la creación descansa en los hombros de nuestro maravilloso Salvador.

Isaías agrega: “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán limite... sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.” (v.7). Desde ahora y hasta el fin del tiempo, Jesús está gobernando con orden divino sobre su reino. Ahora, si Cristo reina sobre su reino como la suprema autoridad y nosotros somos sus subordinados, nuestras vidas deben ser gobernadas por él. ¿Qué significa exactamente para nosotros ser gobernados por Jesús?

De acuerdo con el diccionario, gobernar significa “guiar, dirigir, controlar todas las acciones y conducta de quienes están bajo autoridad”. En cortas palabras, a Jesús se le debe permitir el control de nuestras acciones y comportamiento. Él debe guiar y dirigir diariamente nuestras vidas, incluyendo cada pensamiento, palabra y hecho.

Jesús también rige las naciones del mundo. La Biblia nos dice: “Él señorea con su poder para siempre; sus ojos atalayan sobre las naciones; los rebeldes no serán enaltecidos.” (Salmo 66:7). “El Señor estableció en los cielos su trono y su reino domina sobre todos.” (103:19). No sea necio - nuestro país no está gobernado por autoridad humana. No hay ningún poder terrenal o sobrenatural que gobierne esta o cualquier otra nación. Solamente Dios está en el control. Él está sentado como Rey de reyes y Señor de señores, gobernando y reinando toda la creación desde su trono celestial.

Me divierto cada vez que escucho a los políticos alardear sobre nuestro país. Todas las naciones, reyes, dictadores y presidentes del mundo no son más que una pizca de polvo ante los ojos de Dios. Nuestro Señor gobierna sobre todos ellos, quitando una autoridad y levantando otra.
“He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.” (Isaías 40:15,17).

Note aquí que Dios usa la imagen de una balanza o platillo de balanza. Él se sienta a un lado del platillo, mientras en el otro lado ubica a todas las naciones a través de la historia. Él dice: “Vamos - traten de medir mi poder contra el poder del mundo. Tomen todas las armas y armamentos de la humanidad, todos los ejércitos y las armadas de todas las naciones, y póngalos sobre la balanza. A mi lado, estas débiles cosas no son más que un montón de polvo." “El Señor desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.” (Isaías 52:10).

Por supuesto, necesitamos orar fervientemente en favor de nuestros hermanos y hermanas de China que son perseguidos. Pero debemos estar confiados que todavía Dios tiene el control de todas las naciones.

viernes, 6 de septiembre de 2013

DOCUMENTAL SOBRE EL ARREBATAMIENTO

Muy interesante, me llamó la atención que los que no son creyentes de la Palabra de Dios (Los productores del documental - History Channel) hagan este programa que aunque no debería ser comparada la profecía bíblica con religiones paganas, se resalta ver que muchos sí creemos en la bienaventurada esperanza del ser arrebatados antes de la gran tribulación. 

Predicamos  y esperamos que el Señor nos tenga por dignos de escapar de todas estas cosas que sobrevendrán a los moradores de la tierra, a lo que no aceptan el testimonio de Dios que a dado acerca de su hijo, nuestro salvador Jesucristo, quien nos ha librado de la ira venidera, del anticristo y la condenación eterna.