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martes, 28 de mayo de 2013

LA GUERRA CONTRA EL ADVERSARIO






He orado con diligencia por una revelación de la
horrorosa guerra espiritual que enfrentamos
con nuestro adversario.

Cuando yo era un joven pastor de 23 años de edad, no pensaba mucho en guerra espiritual.  Yo pensaba que cualquiera que caminaba en victoria no debía tener problema alguno contra el diablo.  Para mí, era un asunto de resistirlo simplemente.  Pero pronto me encontré con un león rugiente cayendo sobre mis debilidades con todas sus fuerzas - y me sentí inadecuado para hacer batalla con él.

Muy a menudo veo al diablo haciendo lo mismo con otros cristianos.  Conozco a multitudes de santos consagrados - personas puras de corazón, caminando en gracia - que de repente son abrumados por una inundación de confusión y desesperación satánica.

Tales cristianos pueden estar trabajando diligentemente para el Señor por años.  Entonces, un día, satanás inyecta su mente con pensamientos acusantes. Y de la noche a la mañana son vencidos por problemas horribles - tentaciones inesperadas, codicia, y depresión.  Sus pruebas son tan profundas, extrañas y misteriosas, que estos santos no tienen idea de donde vienen.

Creo que existe una sola explicación: sus problemas son ataques satánicos.  Esto le sucede a menudo a cristianos que están creciendo apresuradamente.  En el punto más alto de su crecimiento espiritual, satanás pone una vieja seducción en su camino.  Puede ser una lujuria antigua - algo que pensaron haber vencido años atrás.  Pero ahora, después de años de vivir en victoria, están caminando sobre una cuerda floja - tambaleándose a punto de caer en una indulgencia lujuriosa que los puede llevar a una terrible atadura.

Hace un tiempo leí un testimonio
 desgarrador de un pastor.  Él escribió: "Tengo 65 años, y los miembros de mi congregación me conocen como un hombre de oración.  Pero ahora, de la nada, pensamientos malignos han comenzado a atormentarme.  Una lujuria ha caído sobre mí como nunca había experimentado en mi vida.


No he caído en la tentación.  Pero por meses estoy en un tormento constante.  Reconozco que es un ataque del enemigo.  Él quiere destruir el ministerio que Dios ha prosperado.  Por favor oren por mí."  

Yo creo que esto fue un intento del enemigo por destruir este querido santo de Dios.

Los matrimonios cristianos están bajo ataque como nunca antes.  Una pareja puede amarse por años y de repente estar enlodados por una lucha horrible que no entienden.  Un minuto un cónyuge fiel dice: Amo a mi compañero - pero al otro momento grita: No soporto a ese hombre.  Ni siquiera quiero estar cerca de él.  ¿Qué puede ser sino un intento satánico por devorar y destruir un matrimonio santo?

Día tras día, estas parejas están más desalentadas, tentadas y desesperadas.  Y pronto satánas los inunda con pensamientos acusantes: Como padre eres un fracaso.  No puedes hacer nada bien.  Y no conoces a Dios íntimamente.  Eres un farsante, un hipócrita.  No eres lo que la gente piensa.  Eres un pobre ejemplo de lo que debe ser un compañero cristiano.

Amados, lo que está sucediendo en esa relación no puede ser diagnosticado por un consejero, pastor o psicólogo.  Nadie puede comprender el espíritu destructivo que ha tomado a ese matrimonio.  ¿Por qué?  Es sobrenatural, satánico - un ataque directamente del infierno. Satanás está atacando todo hogar donde Jesús es Señor.  Y no descansará hasta que haya usado toda arma para devorar y traer ruina y caos.

Todas estas pruebas, problemas y tentaciones son conocidos como inundación del diablo.  Juan escribe: Y la serpiente echó de su boca tras la mujer agua como un río, a fin de hacer que fuese arrebatada del río.  Y la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca. (Ap. 12:15-16).  Isaías también advierte que Satanás traerá una inundación contra todos los que ... temerán desde el occidente el nombre de Jehová... porque vendrá el enemigo como río... (Is. 59:19).

He experimentado ese río.  Y ahora mismo una multitud de creyentes se encuentran en él.  Son inundados con persecuciones, ataques físicos, molestias mentales, tentaciones candentes y lujurias infernales, amigos volviéndose contra ellos como enemigos.  Satanás ha planeado un ataque de último día y a toda fuerza para arrastrarnos con toda desesperación. Pero no desmaye tu corazón, Dios te ayudará!

jueves, 2 de mayo de 2013

TRES DECLARACIONES DE GUERRA DEL ENEMIGO




Las tres declaraciones de guerra del diablo según el apóstol juan.

Apocalipsis 12 describe tres momentos donde Satanás declaró guerra:

1.  Primero declaró guerra contra el mismo Dios todopoderoso.  Juan escribe:
Y fue hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y lidiaba el dragón y sus ángeles.  Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo.  Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (Ap. 12:7-9).

Este pasaje nos recuerda el momento cuando Satanás se levantó en rebelión contra la suprema autoridad de Dios en el cielo.  En ese tiempo era conocido como Lucifer, un ángel que tenía gran autoridad.  Pero Lucifer quería ser como Dios.  Así, que alistando una tercera parte de los ángeles, él dirigió un levantamiento en contra del todopoderoso.

Pero Dios echó a Lucifer del cielo, junto con los otros ángeles rebeldes.  Todo el cielo se regocijó en la victoria.  El diablo perdió la guerra, como también su lugar en el cielo.

2. Ya vencido, Satanás declaró su segunda guerra - ésta contra el hijo de Dios, Jesucristo.  Juan escribe:

Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.  Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir.  Y fue vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.  Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra.

  Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese parido. (Ap. 12:1-4).

Satanás sabía que una iglesia increíble estaba por nacer del remanente del Antiguo Testamento.  Sería un cuerpo glorioso, vestido con la justicia del sol.  Así que el diablo declaró guerra una vez más, razonando que ahora podría hacer batalla en su territorio, la tierra.

Este pasaje sugiere que Satanás sabía que no podía acercarse a la criatura en el vientre de María.  Así que determinó destruir a Cristo una vez naciera.  Reunió todas sus fuerzas satánicas alrededor de Belén, enviando espíritus de decepción para que cegara a los escribas, sacerdotes y Fariseos.  Entonces su propio espíritu entró en el rey Herodes, tomando posesión de él.  Si Satanás no podía matar a Cristo por si mismo, entonces tendría a un hombre listo para hacerlo por él.

Pero el ejército de ángeles del Señor estaba en pie haciendo guardia sobre el niño, para que Satanás no lo tocase.  El diablo tendría que esperar otros 30 años para tratar de devorar a Cristo.

Él vio su próxima oportunidad al principio del ministerio de Jesús, cuando el Espíritu Santo lo declaró el Mesías.  En ese momento, Satanás llevó a Cristo al desierto para tentarlo.  Sin embargo, Jesús también lo venció en esa batalla.  Dios protegió a su hijo otra vez, enviando a sus ángeles a ministrarle en su tiempo de debilidad física.

El diablo trataría una última vez de devorar a Cristo.  Esta vez el movió sus fuerzas para tratar de matar a Jesús por crucifixión y tirarlo en la tumba.  Él envió espíritus satánicos para que incitara al gentío, entrando en los cuerpos de los sacerdotes, soldados, líderes políticos y testigos falsos.  Al fin, pensó Satanás, llegó su hora de poder.  Ahora pelearía una guerra a todo dar.

Mas tú conoces el resto de la historia: El día de resurrección fue la derrota más humillante de Satanás.  Cuando Jesús ascendió al cielo, estaba fuera del alcance del diablo para siempre. ...y su hijo fue arrebatado para Dios y a su trono. (Ap. 12:5).  El infierno fue sacudido porque Satanás perdió otra vez.  Aún usando todo su poder, no pudo derrotar al hijo de Dios.

3.  El diablo declaró su tercera y última guerra contra la simiente de Cristo.  Esto quiere decir que está en guerra con cada creyente verdadero en la tierra.  Juan escribe:

Y cuando vio el dragón que él había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había parido al hijo varón. (verso 13).  Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo. (verso 17).

Satanás ha dirigido su ira contra la iglesia de Jesucristo.  Y ha reservado su peor ira para los creyentes que guardan los mandamientos de Dios y confían en él.

El diablo sabe que esta guerra es su última oportunidad, porque sólo queda un corto tiempo antes del regreso de Cristo por su novia: ...sabiendo que tiene poco tiempo. (verso 12). Por lo tanto, la guerra de Satanás contra la iglesia es la más intensa de todas.  Él quiere ganar lo que perdió con Cristo - así que no se detendrá ante nada por destruir la fe de su novia.  Esto significa que va a usar todas sus armas contra nosotros - toda sutileza, y engaños.