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jueves, 31 de enero de 2013

PELIGROS EN EL CUERPO DE CRISTO



Una de las necesidades más grandes en
el cuerpo de Cristo hoy en día es este
ministerio de compañeros en oración.

Como devotos siervos del Señor, estamos en peligro constante del enemigo. Nuestro amor no comprometido por Jesús es una amenaza a todo el infierno. No podemos tomar ninguna obra santa sin que Satanás ponga toda clase de lazos y trampas para nosotros.

Uno de estos peligros es tomado a la ligera en la iglesia. Ese peligro es la separación o divorcio de parejas cristianas. Estoy absolutamente asombrado por el sin número de testimonios acerca de matrimonios en ruinas.

Recientemente, una consejera matrimonial escribió en su blog consternada. Ella dijo: Dondequiera que miro en nuestra iglesia, las parejas se están separando. Casi todas mis amistades se están divorciando o lo están considerando. Literalmente, es una plaga en el cuerpo de Cristo ahora mismo.

Escucho toda clase de razonas por el desorden en hogares cristianos: incompatibilidad, falta de comunicación  pérdida de afecto, infidelidad. Pero en realidad, se trata de algo mas que eso. Detrás de todo, esta un ataque del infierno contra los santos de Dios.

Hogares rotos entre inconversos no es un misterio. Pero entre los justos, tal desorden tiene una causa. Piénsalo cómo puede que cristianos dedicados que han estado escuchando predicación santa por años pierdan la autoridad en sus hogares? Ellos conocen muy bien el juramento de Dios en su pacto de ser su fortaleza. Ellos saben que él promete destruir cada poder satánico que venga contra ellos. Asi que, por qué el diablo esta prevaleciendo? Por qué su matrimonio esta bajo constante amenaza?

Creo que es porque uno o ambos en la pareja han abierto la puerta al engaño satánico. Han permitido algún compromiso en sus vidas, o están espiritualmente vagos. Y ahora un demonio enfurecido ha obtenido una fortaleza en sus corazones y hogar.

Si estas bajo ataque como este, debes preguntar lo que los discípulos preguntaron: Maestro, por qué no pudimos echar fuera a esos demonios? Jesús contestó que ciertas ataduras satánicas no responderán a la imposición de manos o una oración a medias. Estas fortalezas están arraigadas tan profundamente, que la única forma de echarlas fuera es a través de oración y ayuno prolongado.

Sin embargo, la iglesia de hoy esta en un estupor con relación al poder de la oración  Un velo a caído sobre los ojos de miles. Y ahora, cada vez que confrontan problemas, el último a quien van es a Jesús  Han abandonado la habitación secreta. Y en cambio se vuelven a la psicología  consejeros, libros, amigos a todo, menos al Señor.

Si dices que tu matrimonio esta arruinado y quieres que sea sanado, tengo que preguntarte cuanto tiempo pasas a solas con Dios? Cuántas veces has apagado el televisor por una hora para sentarte ante Jesús y descargar tu alma? Cuántas comidas has dejado para ayunar por tu matrimonio? Cuántas veces has clamado, Padre, no puedo con esto? Tu tienes que obrar por nosotros. Haz lo que tengas que hacer para sanarnos.

Algunos maestros Bíblicos dicen que es incredulidad hacer el mismo pedido una y otra vez ante Dios. No esa es una herejía infame. Y ha debilitado la fe de multitudes. Dios nos manda a pedir, buscar, ayunar a que clames en suplicaciones eficaces y fervorosas.

Desde el mismo principio, siervos verdaderos han cambiado las promesas de Dios en oraciones:

  • Jesús sabía que su padre le había prometido todas las cosas antes de la fundación del mundo aún así Cristo pasó horas orando para que la voluntad de Dios se cumpliera en la tierra. Él hasta hizo una parábola ilustrando la persistencia en la oración  Se trataba de la viuda inoportuna la cual seguía demandando justicia de un juez hasta que la consiguió.


  • Dios le dio maravillosas profecías a Ezequiel acerca de la restauración de Israel, prometiendo que las ruinas de la nación serían como el Jardín del Eden. Aún as el Señor dijo que su palabra no se cumplirá sin oración  Aún seré solicitado de la casa de Israel, para hacerles esto (Ezequiel 36:37). En otras palabras: Te hice una promesa pero quiero que ores por su cumplimiento. Búscame con todo tu corazón  hasta que la veas cumplida. Yo lo haré pero primero tienes que pedir.


  • Dios le prometió a Daniel que después de setenta años Israel sería restaurada. Y cuando Daniel vio que el año señalado había llegado, el pudo haber esperado en fe para que Dios cumpliera su palabra. Pero al contrario, ese santo hombre cayó sobre su rostro y oró por dos semanas hasta ver al Señor cumplir todo lo que había prometido.

miércoles, 30 de enero de 2013

APRENDIENDO GRANDES LECCIONES


En medio de sus problemas,
Pablo aprendió grandes lecciones.

La lección mas significativa que Pablo aprendió en su angustia era que tenía que volverse al Señor y sus promesas de Pacto. El sabía que no podía confiar más en su propia carne, habilidades o esfuerzos. El escribe: Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos (2 Cor. 1:9).

La prueba de Pablo lo había llevado al final de sus fuerzas. El sabía que no tenía fuerza para pelear contra los poderes de las tinieblas. Así que él sentenció su propia carne a muerte. Y Dios lo libertó de manera maravillosa: El cual nos libró y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará (verso 10).

¿Cómo fue Pablo librado? Esto implicaba varias cosas: primero, él fue un poderoso hombre de oración. Y segundo, él tenía gran confianza en el Señor. Pablo sabía que Dios mantendría sus promesas de Pacto. Él pudo decir: Como el Señor me libró en el pasado, él está obrando librándome de esta prueba presente. Desde ahora y hasta el día de mi muerte, viviré bajo su poder libertador.

Como a Pablo, también nos es permitido pasar por tiempos de pruebas, para que muramos a nuestra confianza en nuestra habilidad humana. El Señor permite que seamos oprimidos, hechos impotentes y débiles, en un esfuerzo por convencernos que no podemos vencer al enemigo por ningún esfuerzo humano.

Sin embargo, al comparar nuestras vidas con la de Pablo, podemos ser tentados a pensar, Nunca obtendré la clase de liberación que este hombre disfrutó. el estaba bien educado en las escrituras. Él recibió gran revelación del Señor acerca de Jesús, el evangelio, y el Nuevo Pacto. Hasta llegó al cielo.

Y Pablo ministró en el poder y demostración del Espíritu Santo. Sin ayuda estremeció ciudades y naciones. No pudo ser matado por el diablo, aún después de ser apedreado, atacado, y pasar por tres naufragios. Dios hasta lo usó para levantar a los muertos. Este hombre era uno de los siervos más ungidos de Dios en toda la historia. Él lo tenía todo espiritualmente.

Según Pablo, no es así. El apóstol nos dice que había otro factor importante en su liberación: la poderosa intercesión de los compañeros en oración. Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros (verso 11). Pablo estaba diciendo, Estoy confiado que Dios me libertará. Y ustedes están ayudando a que esto tome lugar al orar.

Quizás pienses, ¿Por qué Pablo necesita la ayuda de alguien por medio de la oración? Él tenía una fe tan fuerte, tan increíble poder con Dios, sus propias oraciones debieron ser suficientes.

No, de ninguna manera. Pablo reconoció su necesidad desesperada por compañeros en oración. Aquí está un hombre que sabía muy bien que su salvación era totalmente del Señor, que Dios era fiel a sus promesas de pacto, que el Señor sera Dios para él, su escudo de protección, su libertador de todo enemigo. Mas Pablo también sabía que Dios ordenó la oración como su medio subordinado de liberación.

Según la Biblia, la oración y liberación son inseparables. Dios nos dice, Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás. (Salmo 50:15). Me invocará, y yo le responderé: con él estaré yo en la angustia: lo libraré, y le glorificaré (91:15).

Pablo sabía que era a través de las oraciones -- tanto las suyas como las de los compañeros en oración que fue librado de la boca del león. El se jactaba: Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservar para su reino celestial (2 Tim. 4:18). Él nos está diciendo, Fui libertado y seguiré siendo preservado, hasta que Jesús vuelva porque la iglesia de Jesucristo está orando por mí.

lunes, 28 de enero de 2013

ORACIONES DE COMPAÑEROS

 
Pablo enfatizó que fue librado de problemas
de muerte no por su fe, sino por medio de
las oraciones de compañeros.
 
Porque hermanos, no queremos que ignoréis de nuestra tribulación que nos fue hecha en Asia; que sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas de tal manera que estuviésemos en duda de la vida. (2 Corintios 1:8). La palabra griega para cargados en este pasaje significa, cargados pesadamente, gravemente exprimidos. Pablo le estaba diciendo a estos santos, nuestra crisis fue tan seria, que casi nos exprime horriblemente. Estaba mas allá de mis fuerzas, mas de lo que podía soportar. Pensé que era el fin para mí.

Cuando Pablo dice que estaba tan cargado que se desesperó por la vida, sabemos que realmente había llegado al final. En otros pasajes, él no le da importancia a sus sufrimientos. Recordaras como él simplemente sacudió la culebra venenosa que se le había pegado a la mano. También sufrió naufragio tres veces sin embargo, él menciona este hecho de paso, para llegar a un punto.

Pablo fue golpeado, robado, apedreado, encarcelado sin embargo, a través de todo nunca se quejó. En este pasaje, sin embargo, el apóstol estaba agotado, al punto de cansancio total de algún tipo. Yo creo que este problema que él soportó fue angustia mental. No podemos saber con exactitud cuál era el problema de Pablo pero 2 Corintios 7:5 nos da una idea: Porque an cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes, en todo fuimos atribulados: de fuera, cuestiones; de dentro, temores.

Creo que Pablo se estaba refiriendo al dolor causado por las ovejas a las cuales ministraba. Falsos maestros se habían levantado en Corinto y trataron de ponerlos en contra suya. Ahora Pablo temía que su rebaño rechazara su mensaje y siguieran a hombres que tenían interés en el bienestar de ellos.

Fue consolado cuando Tito llegó, trayéndole buenas noticias de sus hijos amados en Corinto. Pablo escribe: Mas Dios, nos consoló con la venida de Tito: y no solo con su venida, sino también con la consolación con que él fu consolado acerca de vosotros, haciéndonos saber vuestro deseo grande, vuestro lloro, vuestro celo por mí, para que así me gozase mas. (versos 6-7)

Muchos creyentes hoy en día sufren como Pablo. Su mayor angustia es mental, causada por el maltrato de aquellos que más amaron y ayudaron. Vemos esto reflejado en los muchos salmos de David. El se entristecía por amistades que estaban contra él sin causa, personas que él había alimentado y por los cuales había provisto por su propia cuenta.

Yo he sentido este tipo de angustia en mi vida. A veces, las palabras de personas que he amado y ayudado fueron como cuchillos en mi espalda. Puedo decir con David, Ablandan más que manteca su boca, pero guerra hay en su corazón: suavizan sus palabras mas que el aceite, mas ellas son cuchillos. (Salmo 55:21). En tiempos problemáticos como estos, es cuando mas he necesitado oraciones de compañeros.

domingo, 27 de enero de 2013

LLAMADOS A SER COMO CRISTO - DAVID WILKERSON

COMPAÑEROS EN ORACIÓN




La oración a menudo es una de las áreas más egoístas en la vida del cristiano. Cuando lo piensas bien, la mayor parte de nuestras oraciones se enfocan en nuestras necesidades. Los dos temas centrales de nuestra intercesión son nuestro crecimiento espiritual y las necesidades de nuestra familia y amistades.

Ocasionalmente, puede que alcancemos mas allá de nuestros intereses y oremos por los demás  Sin embargo, usualmente cuando decimos, Orar por ti, no lo hacemos. O si no, oramos por ellos una vez y luego nos olvidamos rápidamente de su necesidad.

Recientemente, he estado examinando mi vida de oración a la luz de las escrituras. Fui redargüido por la estrechez y limitaciones de mis propias oraciones. Como muchos creyentes, paso gran parte de mi tiempo buscando el rostro del Señor acerca de mi caminar con él. Clamo a él por santidad, por dominio sobre el pecado, para ser más como él, para recibir dirección para la vida, para tener su unción en mi ministerio. Y disfruto de dulce comunión con él, adorándole calladamente y siendo refrescado en su presencia.

También intercedo diariamente por mi familia. Pido al Señor que proteja a mi esposa de las acechanzas del diablo que haga a mis hijos (futuros) como árboles plantados a los ríos de Dios, que haga a mi Noa  como piedras pulida en su palacio, y que haga de toda mi familia amantes de Jesús. También oro por los asuntos y preocupaciones del cuerpo de Cristo en nuestra iglesia. Intercedo por individuos que están en crisis y por los tantos ministerios que apoyamos en campañas evangelísticas.

Dirás, Eso es de elogiar, hermano Israel. Nos conforta saber que está separado con el Señor, en comunión con él y orando por todas esas necesidades.

Pero según la palabra de Dios, dulce comunión no es suficiente. Sí, es el secreto para el crecimiento espiritual; y no podemos tener mayor experiencia en la tierra; pero si vamos al trono solo para nuestra edificación y necesidades personales, somos egoístas. Sencillamente, no podemos descuidar de orar seriamente por las grandes necesidades a nuestro alrededor.

Recientemente, me enteré de un precioso anciano. Este amado santo dijo que Dios le había puesto que orara por mi diariamente, y me pidió si poda añadir mi nombre a su lista de oración. Aparentemente, los que reciben la intercesión de este hombre incluye una larga lista de viudas, personas pobres, ministros y los inconversos. Y él ha orado por años por ellos.

Este hombre es un cartero retirado, y lleva una vida sencilla, viviendo de una sola comida al día. El se pasa el tiempo haciendo buenas obras por los demás y en comunión con el Seor todo el día. Él maneja su auto por la ciudad recojiendo muebles viejos y otros artículos que son tirados como basura, y los repara y se los da a las viudas y a los pobres. También hace compras y diligencias para los inválidos y ayuda en otras necesidades.

Todo el tiempo que este hombre hace estas buenas obras, ora sin cesar, intercediendo fielmente por todos en su lista. En efecto, el solamente borra sus nombres cuando mueren.

Ahora bien, yo he sido un hombre de oración desde que fui llamado a predicar a los 23 años de edad. Pero aún con todas las oraciones fervientes que he hecho a través de los años, este hombre santo me pone en vergüenza  Yo no tengo una lista de personas necesitadas por quienes oro diariamente, como él. Usualmente, oro por alguien una o dos veces y sigo adelante. Pero él sigue orando.

Creo que el premio en gloria de este hombre será más grande que el mio. Él es como la viuda que dio lo poco que tenía, pero su ofrenda valía más que las ofrendas de los demás. Mientras pienso en todas las almas que Dios ha permitido que los evangelistas sieguen al reino, inmediatamente pienso en la increíble ayuda de las oraciones de personas como este hombre.

Este mensaje se trata acerca de cómo desarrollar esa clase de vida de oración bendecida para realmente ser un compañero en oración.

sábado, 26 de enero de 2013

SACADOS DE LA PROFUNDIDAD



¡David fue sacado de la profundidad al
recordar la naturaleza perdonadora de Dios!

Después de tanto llorar y clamar al Señor, David terminó testificando, Empero hay perdón cerca de ti, Para que seas temido. (Salmo 130:4). El Espíritu Santo comenzó a inundar su alma con recuerdos de la misericordia de Dios. Y repentinamente, David recordó todo lo que había aprendido acerca de la naturaleza perdonara del Padre. ...Tú empero, eres Dios de perdones, clemente y piadoso, tardo para la ira, y de mucha misericordia,... (Neh. 9:17).

David comenzo a regocijarse, recordándose a si mismo, Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. (Salmo 86:5). El es quien perdona todas tus iniquidades,... (103:3).

Esta es una de las promesas fundamentales del Nuevo Pacto. Jeremías declara, ...porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. (31:34). Y Pablo añade en el Nuevo Testamento: ...perdonándoos todos los pecados, (Colosenses 2:13). ¡Dios nos ha prometido perdón para cada pecado!

Sin embargo, esta promesa de perdón está limitada a ciertas personas. ¡Solamente se aplica aquellos que han sido aplastados y están enfermos por sus pecados...quienes han llegado a la profundidad de culpabilidad...quienes han soportado el examen del alma por el Espíritu Santo...quienes se han arrepentido y se han vuelto a Cristo en fe!

Jesús mismo dice que no todo el que dice, Señor, Señor, entrará al reino de Dios. Tristemente, multitudes de cristianos no sienten molestia alguna por su pecado. Sus malos hábitos no le molestan en lo más mínimo. Se han convencidos a si mismos que Dios es tan misericordioso y tan lleno de gracia, que les perdonará aunque continúen tercamente en pecado.

No - ¡nunca! ¡Se han apropiado de una paz falsa! Han ahogado las convicciones, búsquedas y tratos del Espíritu Santo. ¡Han buscado perdón antes que la culpabilidad madure y se convierta en tristeza piadosa!

Al mismo tiempo, el perdón de Dios se puede obtener tan sólo a través de la fe. No podemos razonarlo. El don de la sangre expiatoria de Cristo es tan profundo, tan lleno de gracia, tan misterioso, que está más allá de la capacidad del entendimiento humano. Podemos ver la ley claramente aplicada a nuestro pecado. Podemos sentir condenación, temor y culpa por nuestras deudas. Pero nuestro Padre celestial está amorosamente a nuestro lado todo el tiempo, listo para perdonar. La sangre de Cristo, el amor del Padre, el deseo de perdonar del Señor-todas estas bendiciones son conocidas sólo por fe: ...Que el justo por la fe vivirá. (Gálatas 3:11).

Quizás piensas - ¿cuántas veces te perdonará el Señor por cometer el mismo pecado una y otra vez? Esta seguro, que Su increíble perdón es ilimitado. Cada vez que pecas, puedes ir a Jesús y encontrar liberación. Sin embargo el perdón del Señor no es ciego. Puedes estar seguro que nuestro Padre celestial nos perdona-pero hasta cierto punto, Él nos castiga para que no sigamos en ese pecado.

Cuando los hijos están creciendo, todo padre tiene que castigarlos por portarse mal. Los llaman a la habitación para pegarles-y cuando ven la correa en las manos de sus padres, comienzan a llorar. Gritando, ¡No, papi! Lo siento. ¡Por favor, perdóname!

Nuestros padres nos perdonaban. Pero eso no quitaba que nos aplicaran la correa. Ellos  sabían que si no nos  pegaban, iban a perder significado para nosotros-se convertiría en un chiste en vez de una fuente de disciplina. De igual manera, la ley de Dios existe para recordarnos sus normas santas. Es una lumbrera de Su santidad, recordándonos de Sus caminos - ¡y que Él hace lo que dice!

Déjame dejarte con una palabra de esperanza. Si estás en las profundidades ahora mismo por tu pecado-si estás llorando porque la vara del Señor esta en tus espaldas-anímate. El te está castigando por Su tierno amor. ¡El te está hundiendo porque El quiere que conozcas Su temor!

Exáctamente, ¿qué significa temer al Señor? Significa poder decir, Sé que mi Padre me ama. Estoy seguro, le pertenezco, y sé que El nunca me abandonará. El siente mi dolor cada vez que lucho. Y El es paciente conmigo mientras lucho contra el pecado. El siempre está listo para perdonarme cada vez que le llamo. Pero también sé que El nunca va a permitir que continúe desobedeciendo Su palabra. Mi Padre celestial no me librará de la corrección-¡porque Él me ama profundamente!

Ese es el punto final de todo. Dios quiere que aceptemos Su perdón para que le temamos. Empero hay perdón cerca de ti, Para que seas temido. (Salmo 130:4). Una vez que temamos al Señor, querremos más que obedecerle. Querremos agradarle, poner una sonrisa en Su rostro. ¡Ese es el resultado bendito del temor santo de Dios!

viernes, 25 de enero de 2013

DESALIENTO TOTAL



Demasiados cristianos permanecen en
la Profundidad, en Desaliento Total.

Para muchos creyentes, hundirse hasta el fondo significa el final. Se abruman tanto por sus fracasos que desarrollan un sentido de que no son dignos. Y con el tiempo se sienten atrapados sin esperanzas de ayuda alguna. Isaías escribió acerca de tales creyentes, Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo... (Isaías 54:11).


A veces algunos se enojan con Dios. Se cansan de esperar a que Él se mueva. Así que claman en forma acusante, Señor, ¿dónde estabas cuando te necesitaba? Clamé a ti para que me libraras, pero nunca contestaste. Hice todo lo que puedo hacer, mas no he sido liberado. ¡Estoy cansado de arrepentirme y de llorar, sin ver el cambio! Muchos creyentes sencillamente dejan de luchar y se entregan a su lujuria.

Otros caen en neblinas de apatía espiritual. Están convencidos que Dios no se interesa por ellos. Se dicen a si mismos, ...Mi camino es escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio... (40:27). ...Dejóme Jehová, y el Señor se olvidó de mí. (49:14).

Aún otros terminan poniendo toda su atención en su pecado, tratando de mantenerse en un estado de constante convicción. Sin embargo, esto sólo hace que estén desconcertados, clamando, ...Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos: ¿cómo pues viviremos? (Ezequiel 33:10) El hecho es que sentir convicción no es un fin en si mismo. Cuando somos humillados por la culpabilidad y la tristeza acerca de nuestro pecado, no estamos supuestos a quedarnos con esos sentimientos. Están supuesto a llevarnos al final de nosotros mismos-¡y a la victoria en la cruz!

jueves, 24 de enero de 2013

RESTAURADOS EN LA PROFUNIDAD



David sabía que no podía permanecer en la
profundidad de la desesperación por mucho tiempo,
o sería destruido.



David sabía que necesitaba una palabra que cambiaría su vida, o toda esperanza sería perdida. Así que clamó, JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? (Sal. 130:3).


Si yo interpretara las palabras de David en el idioma moderno, sonarían así: Oh, Señor-yo te veía como el gran investigador privado en el cielo-trazando todos mis movimientos del día, tomando nota de todos mis fracasos, grabando mis llamadas telefónicas, escuchando cada uno de mis pensamientos, grabando en video cada uno mis pasos, desarrollando un caso diariamente contra mí. Y has acumulado suficiente prueba para condenarme para siempre.
Señor, con toda la evidencia que has acumulado, ¿qué oportunidad tengo? ¿Cómo podré mantenerme, cuando mis propias palabras malignas y hechos secretos testifican contra mí? ¿Qué otra cosa puedo hacer sino esperar ser juzgado y condenado?

Todos los días despierto temiendo tu horrible ira contra mi pecado. ¿Quién puede mantenerse ante un Dios santo que castiga la iniquidad? Ni siquiera el alma más santa, humilde y confiada puede escapar tu juicio. Y si ellos no dan la medida con tu ley, ¿qué oportunidad tengo yo? ¡He pecado más que todos ellos!

Yo sé que mi pecado no te agrada, Señor. Y sé que no permitirás que continue. Pero si no veo aunque sea una señal de tu misericordia, pronto, seré destruido. Mi alma está desecha, sin esperanzas. ¡No puedo seguir!

Muchos cristianos luchan como David. Cuando el temor santo y justo de Dios es implantado en su alma, Su terrible majestad acampa sobre ellos. Ríos de Su ley señalan directamente a su corazón, y comienzan a languidecer en agonía. Como David, claman, Señor, ¿quién puede estar delante de ti? ¿Quién puede soportar tu santidad?

Nuestro ministerio recibe mensasjes regularmente de cristianos sinceros que luchan contra la homosexualidad. El tono de sus escritos suenan como la agonía de David. Muchas de estas personas preciosas han crecido en la iglesia, y aman a Jesús con todo su corazón. Pero no pueden liberarse de su lujuria homosexual. Terminan en la desesperación, destrozados bajo la culpabilidad y la condenación. Un desesperado jóven escribió, Pastor, si no encuentro una liberación rápida de esta atadura, no tengo otra opción. Me voy a quitar la vida.

Trágicamente, una gran multitud de homosexuales, lesbianas, alcohólicos, y drogadictos se han quitado la vida porque han caído tan hondo en la profundidad. No podían escapar saber que le estaban fallando a Dios continuamente. Y constantemente pensaban, Debo tener el poder para vencer esto, pero no lo tengo. ¿Cómo podré librarme?

Jonás hizo la misma pregunta. El estaba literalmente en el fondo, en el piso del océano  sin poder escapar su dilema. El también clamó, Echásteme en el profundo, en medio de los mares, Y rodeóme la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Descendí a las raíces de los montes... (Jonás 2:3-6).

Según Jonás, ¿quién lo lanzó a la oscura profundidad? ¡El Señor! Ciertamente, fue Dios quien llevó al profeta al mismo fondo y preparó un gran pez para que se lo tragara. Cuando Jonás llamó sus problemas tus ondas y tus olas, él se estaba refiriendo al Señor.

Sin embargo, Dios no estaba enojado con Jonás, solamente contando sus pecados. Entonces, ¿por qué permitió que esto le sucediera a él? ¿Por qué lo envió a lo profundo? ¡El quería detener a su siervo de huir de su voluntad! El quería que Jonás siguiera su plan, para que fuera bendecido. En resumen, ¡Dios llevó a Jonás a las profundidades para restaurarlo!

Jonás 2:2 nos dice exactamente lo que Dios buscaba: Clamé de mi tribulación a Jehová, Y él me oyó; del vientre del sepulcro clamé, Y mi voz oiste. El Señor estaba esperando que Jonás se volviera a Él-¡que clamara sólo a Él! Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos: Mas aun veré tu santo templo. (verso 4). Cuando mi alma desfallecía en mí, acordéme de Jehová... (verso 7).

En la actualidad, el Señor hace lo mismo con nosotros: Él nos liberta al permitirnos decender a la profundidad. Él permite que nos hundamos en la desesperación acerca de nuestro pecado hasta que no tenemos otra alternativa que recurrir a Él. Y finalmente, desde el vientre de nuestro infierno clamamos, ¡Oh Señor, por favor escuchamos! He llegado al fondo, sin esperanzas. ¡Tienes que liberarme!

Quizás has llegado al fondo de tu pecado. No puedes obtener la victoria sobre esa lujuria o amargura que te asedia. Y ahora el Señor ha permitido que desciendas a las profundidades. Sin embargo, todo es con un propósito. El espera que, como Jonás, tu mires hacia Él.

Tenlo por seguro, que cuando Jonás clamó al Señor, Dios lo libró rápidamente: Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra. (verso 10). Dios le dijo al pez, Basta ya-ahora vomítalo. ¡Mi siervo me ha llamado, y le voy a contestar!

Tu padre celestial no quiere que permanezcas en el fondo, desmayando bajo la pesada carga de la culpa y condenación. Su deseo es que aprendas tu lección allí-¡y que dependas de Él!

miércoles, 23 de enero de 2013

LA ORACIÓN MAS INTENSA




¡La oración del rey David fue
más intensa en la profundidad!

En desesperación, David clamó, Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. (Sal. 130:2). Esto me suena al ruego de un hombre moribundo. Es obvio que David no estaba haciendo oraciones con el pensamiento. El estaba con el rostro en tierra-quebrantado, contrito, rogando a Dios desde lo más profundo de su corazón:

¡Oh, Santo Dios Jehová-debes oír mi clamor! No puedo continuar. Mi pecado está ante mí, y me estoy hundiendo con temor y miedo. ¡Por favor, Dios, ten misericordia de mí!

David sabía que su alma necesitaba liberación. Y él se volvió sólo a Dios para encontrar esa libertad. Él concluyó, Estoy en una condición tan desesperada que sólo el Señor puede ayudarme. No puedo depender en consejeros, amigos, hasta familia. Mi única esperanza está en la oración. ¡Así que voy a clamar día y noche hasta que Dios escuche mi súplica!

Muchos matrimonios cristianos necesitan la liberación que David buscaba desesperadamente. Por toda la tierra, veo parejas hundidas en la desesperación. Cónyuges que dicen amarse uno al otro, pero ni siquiera tienen consideración cuando se dirigen la palabra. Demuestran más bondad a un extraño que a su cónyuge. Con el tiempo, su hogar se ha convertido en un congelador de maldad. No se dan cuenta, pero están cayendo en destrucción, perdiendo todo control en su relación.

Quizás tu matrimonio ha caído. Tú y tu cónyuge han caído a lo profundo, y te despiertas pensado si habrá esperanza. Últimamente, has sido tentado a dejar la relación por completo.

Amado, ¡necesitas despertar y reconocer tu condición! Has caído en un hoyo oscuro, lleno de actitudes impías. Y esta condición no desaparecerá sola. Si no tomas control, empeorará hasta que finalmente terminará con tu matrimonio.

¡Despierta ahora a la voz del Espíritu Santo! Hay pecado en tu matrimonio-y es cometido por ambos, tú y tu cónyuge. Tienen que confrontarlo, ¡o permanecerán en el fondo de la oscuridad para siempre!

Así que, ¿a quién estás llevando tus penas? ¿Te estás desahogando con tu mejor amigo? Si es así, ¿estás creando un caso contra tu cónyuge? Si estas viendo a un consejero, ¿estarás buscando una justificación para terminarlo todo?

Por favor no se confundan-yo creo en la consejería matrimonial. Pero si quieres llegar al fondo del problema, sólo existe un lugar donde ir. No tienes que mirar más lejos que tu propio corazón. Y, como David, ¡necesitas clamar al Señor por misericordia!

¿Te encuentras tan desesperado como David? ¿Te has encerrado con el Señor, te has postrado y has gemido ante Él? Una oración aburrida, callada y haragana no logrará nada. Si no estás descargando tu corazón ante Dios, realmente no quieres sanidad-¡quieres alejarte de Él!

David testificó, ...Bramo a causa de la conmoción de mi corazón. ...Y mi suspiro no te es oculto. (Sal. 38:8-9). Tienes que clamar a toda voz, como David, ¡Señor, escucha mi súplica! ¡No te dejaré hasta que me contestes!

Déjame ilustrarte la clase de desesperación que David experimento. Suponte que vas camino a casa. Al doblar la esquina de tu calle, ves camiones de bomberos estacionados frente a tu casa. Humo negro está saliendo de las ventanas, todo el lugar está a punto de encenderse en llamas. Y tú sabes que tu cónyuge e hijos están atrapados adentro.

Dime-¿cuán calmado y callado estarías en ese momento? ¿Cuánto tiempo estarías sin hacer nada, ¿esperarás que el fuego se apague por sí solo? Te sentarías ahí calladamente orando, ¿Jesús, espero que tú apagues el fuego? ¡No! Si tuvieras amor en tu corazón, ¡correrías a tu casa a través del humo y tratarías de hacer algo!

Si tu matrimonio está en problemas, entonces tu hogar se está quemando-¡y tu relación está ardiendo en llamas! Y si tú permites que este fuego continúe, ¡vas a perderlo todo!

Pues, ¿tienes el temor de Dios por tu matrimonio? ¿Te sientes cargado con culpabilidad y condenación acerca de tu parte en su desintegración? Si es así, no trates de calmar tu conciencia. Dios te está mandando su palabra fuerte porque te ama. En forma misericordiosa, Él te está advirtiendo, tratando de despertarte antes que te autodestruyas. Así que corre a Él, y ora con toda diligencia. Es ahí donde comienza la sanidad-¡llamando Su Nombre con urgencia!

lunes, 21 de enero de 2013

CUANDO TU CAMINAR NO DA LA MEDIDA SANTA




Muchos creyentes sinceros son diligentes en sus esfuerzos al
volver su gracia en una licencia, ¡Sin embargo se dan cuenta
que su caminar no da la medida con sus normas santas!


Muchos cristianos se sienten aliviados al saber que no están incluidos en la lista de ofensas de Pablo: No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios. (1 Cor. 6:9-10).

Más cuando leen el verso que sigue, sienten la penetrante flecha de la verdad: Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. (verso 11). De repente, recuerdan un pecado que no pueden sacudir. Piensan, Espera un minuto, he sido libertado y santificado. Así que, ¿por qué no puedo dejar este mal hábito? ¡No estoy verdaderamente libre!

Quizás recientemente has regresado a una vieja lujuria. A lo mejor has visitado un sitio web pornográfico en el internet, o estas involucrado en adulterio o pecado homosexual. O quizás has robado a tu jefe, o estas bebiendo a escondidas camino a tu casa del trabajo. Cualquiera que sea tu mal hábito, tú sabes que no eres libre en esa área. Más Dios ha dicho claramente, ¡No entrarás a mi reino si sigues pecando!

No te sorprendas si te sientes como el Rey David. Cada vez que el Señor ve a uno de sus hijos luchando con lujuria o con ataduras, Él se mueve rápidamente para traernos al camino de la obediencia, paz y descanso. ¿Cómo hace esto? ¡El trae condiciones a nuestra vida que nos obligan a confrontar nuestro pecado!

A menudo esto significa llevarnos a la profundidad, como Dios hizo con Jonás. El permite que sintamos su reprensión y que seamos tragados por nuestras circunstancias. Mientras cuando estuvo en la oscura profundidad Jonás clamó a Dios. ¡Y el Señor respondió rápidamente al clamor de su siervo, restaurándolo a su bendición y voluntad!

domingo, 20 de enero de 2013

UNA CONCIENCIA ATRIBULADA



De los profundos, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; Estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Empero hay perdón cerca de ti, para que seas temido. (Sal. 130:1-4).

David sufrió increíblemente bajo la vara del Señor. Por todos lados, las cosas iban horriblemente mal en su vida. El enfrentó problemas abrumantes, enfermedades, tragedia tras tragedia, un reino tumultuoso. Sus problemas se remontaban tan alto que él no creía sobrevivir. Y clamó, Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma. Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie: He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. (Sal. 69:1-2).

Sin embargo sus problemas exteriores no le molestaban tanto como sus horrores internos. Él temía que el Señor le había abandonado. Él escribió, Hazme puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en honduras (88:6). Sobre mí se ha acostado tu ira... (verso 7). ...he llevado tus terrores... (verso 15). Sobre mí han pasado tus iras... (verso 16).

David creía que Dios le había abandonado por su pecado-un pensamiento insoportable. Le suplicó al Señor, No me anegue el ímpetu de las aguas, ni me suerba la hondura, ni el pozo cierre sobre mí su boca. (69:15). El estaba diciendo, ¡Oh, Señor, por favor-no permitas que descienda tan profundo que no pueda salir!

David también sufría por el escándalo que había causado en Israel. Su pecado fue descubierto, y todo el mundo lo sabía. Su pesar y su vergüenza eran tan abrumantes que le rogó a Dios, ...No me pongas por escarnio del insensato. (39:8).

David temía que Dios le iba a quitar la vida como juicio por su pecado. Cada momento de su vida estaba lleno de pensamientos de ser derribado en ira. El clamó, Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira. (38:1).

Mientras que todas estas ansiedades caían sobre David, su corazón estaba lleno de temor de Dios. El confesó, Acordábame de Dios,... y desmayaba mi espíritu. (77:3). Esto es algo desconcertante. ¿Por qué se sentía molesto si todos sus recuerdos de la obra de Dios en su vida le habían dado gozo y felicidad? ¿Qué podía molestarle ahora?

David estaba ansioso porque todos sus pensamientos estaban concentrados en como Dios iba a tratar con su pecado. El sentía la vara del Señor sobre su carne, las flechas de la verdad penetraban en su alma con ferocidad: Porque tus saetas descendieron a mí,... (38:2).

La conciencia de este hombre se había convertido en una carga pesada. El sabía que había pecado contra todo el amor y luz que había recibido del cielo. El Señor en su misericordia le había librado una y otra vez de sus errores pasados. Y esta vez, David sabía que merecía ser echado a un lado. Así que cayó aún más profundo en tristeza y confusión, escribiendo, Hanme comprendido mis maldades, y no puedo levantar la vista: Hanse aumentado más que los cabellos de mi cabeza... (40:12).

Conozco un sin número de cristianos que son igual que David. Aman a Jesús, mas sin embargo han pecado horriblemente contra la luz que les fue dada. Han escuchado miles de sermones, han leído la Biblia diariamente por años, y han pasado innumerables horas en oración. Sin embargo han pecado contra todas las bendiciones de Dios. ¿Cómo? ¡Tienen un pecado que no han confrontado!

Con el tiempo, su pecado ha cortado su comunión con Jesús. Y ahora el Espíritu Santo ha señalado su hábito, poniéndolo en alto ante ellos. Él les está advirtiendo, ¡Basta ya, este pecado tiene que salir! No aceptaré que continues en él. Desde ahora, estás bajo plazo. He expuesto tu pecado ante ti ¡pero pronto puede ser expuesto ante el mundo! Ahora cada vez que entran en la casa de Dios, no pueden levantar el rostro. Y lloran como David, ¡Mis pecados son muy numerosos para contar! ¡Mi iniquidad se ha apoderado de mi, ni siquiera puede levantar mi rostro al cielo!

Han perdido todo el gozo y la libertad que una vez disfrutaban. Ni siquiera pueden orar ni cantar con vida o poder. Y llevan a su alrededor un sentir de fracaso. Están débiles, enfermos en alma, encorvados, listos para desmayar. ¡Y saben que su pecado ha cortado su comunión con Dios!

¿Es ésta una descripción de la condición de tu alma en este momento? Si es así, dale gracias a Dios por su misericordia. ¡El está implantando en ti un temor santo del Señor! Por eso es que te estas hundiendo en la profundidad de la convicción. ¡Estas bajo el peso de una conciencia atribulada!

sábado, 19 de enero de 2013

PIENSAN QUE CAEN PERO CRECEN




Muchos cristianos que están 
creciendo piensan que están cayendo.

Cuando algunas personas son salvas no vuelven a luchar con el pecado que le asediaba. Ellos testifican, "En el momento que vine a Jesús  el Señor se llevó la tentación. Estoy libre desde ese entonces." Conozco a muchos que eran drogadictos que tuvieron esa experiencia. Fueron salvos bajo el poder de Dios, y no tienen problemas de adicción desde entonces. En efecto, muchos de ellos son ministros.

Pero para una multitud de cristianos, la historia es diferente. Años después de su conversión, siguen luchando contra una poderosa tentación. Una vieja corrupción se ha desatado en ellos-algo que odian y no quieren volver a ver. Y esa atadura es lo que los libran de la plenitud de Dios. Llevan culpabilidad y reproche a su vida. Y si fuera descubierto, los arruinara.

No importa cuánto luchen, esa lujuria no los deja. Al pasar el tiempo, se desaniman. Su alma gime, "Cuánto tiempo, Señor? Cuándo se romperá esta cadena?" Y finalmente el diablo viene a ellos, diciendo, "Nunca vencerás. Tu pecado permanecerá en ti! Has luchado con esto por años. Tu sabes que no hay forma en que puedas crecer espiritualmente en esta condición."

Anímate, amigo tengo buenas nuevas para ti. Estás creciendo en medio de tu lucha! En efecto, puede que estés creciendo con más rapidez a causa de tu lucha.

Pregúntale a cualquier marinero que ha navegado en medio de huracanes y tormentas. Las olas pueden tirar el barco como un corcho. El viento puede sacudir el mástil. Y parecer como que la tormenta empuja al barco. Pero el marinero con más destreza no puede discernir si el barco está avanzando. Los mismos vientos que amenazan con hundir el barco, en realidad pueden estar empujándolo hacia adelante!

Tenlo por seguro, si tienes el temor de Dios en tu corazón, saldrás más fuerte de la tormenta. Verás, cuando estás luchando contra el enemigo, estás ejercitando y llamando toda la gracia y poder de Dios. Y aunque te sientas débil, esa gracia y ese poder te están fortaleciendo. Una cosa, tus oraciones tienen más urgencia. Y segundo, todo orgullo es quitado. Así que, esta tormenta te está poniendo en "guardia espiritual" en toda área de tu vida!

Cuando estás cooperando con el Espíritu Santo en la lucha por vencer tu pecado, estás creciendo en tu conocimiento de la obra del Espíritu!

Cada vez que se levanta la oposición, la gracia de Dios aumenta en nosotros. Piensa en un árbol cuando es azotado por una gran tormenta. Los vientos amenazan con sacar el árbol de raíz. Rompe sus ramas y se lleva sus hojas. Desata sus raíces y se lleva sus capullos. Y cuando termina la tormenta, parece que no hay esperanza.

Fíjate: la misma tormenta que abrió grietas en la tierra alrededor del árbol ayudo a que sus raíces crecieran más profundas. Ahora el árbol tiene acceso a recursos nuevos de nutrición y agua. Y es purgado de todas sus ramas muertas. Los capullos se habrían ido, pero otros crecerán. Te digo, ese árbol está más fuerte, creciendo en forma inesperada. Y espera la cosecha, porque va a dar mucho fruto!

Quizás ahora mismo estás en una tormenta. El viento está soplando fuerte, sacudiéndote violentamente, y piensas que vas a caer. Amado, no te asustes! Tienes que saber que en medio de la tempestad, estás echando raíces espirituales profundas. Dios está desarrollando en ti una humildad profunda, un dolor y una tristeza más profunda por el pecado, un hambre más elevada por su justicia.

Otros cristianos que no conocen la guerra espiritual pueden mirar con desdén a sus hermanos y hermanas que luchan en formas diferentes a las suyas. Pero tú no tienes esa actitud. Ahora, por tus propias luchas, eres más tierno hacia las debilidades y fallas de los demás. Aunque no te hayas dado cuenta, el Señor ha usado la tormenta para profundizar las raíces de la compasión de Cristo en ti.

En resumen, Dios está haciendo de ti un experimentado soldado de la cruz, marcado por la batalla, pero inteligente en la batalla y valiente. A veces te puedes decepcionar de ti mismo, pero el Señor no. El pudo actuar en forma soberana en cualquier momento y sacarte de la lucha. Pero no lo hizo-porque vio que estaba produciendo en ti una sed mayor por El!

Piénsalo: Tu nueva humildad, tu nueva tristeza por el pecado, tu nueva sed por Cristo-ningunas de estas cosas estaban presentes en ti antes que entraras a la guerra espiritual. Y ahora estás creciendo más fuerte, a pesar de la continua batalla. Has resistido solo por fe. Y aunque has tropezado, siempre te levantas y vuelves a la cruz. Estas reteniendo alguna promesa del pacto de poder. Y en el proceso, eres más santo, más humilde-más como Jesús!

Sin embargo, el diablo quiere convencerte que tu lucha con el pecado demuestra que eres malo y vas camino al infierno. No-él es un mentiroso! Y él ha atrapado a un sin número de cristianos con sus mentiras infernales!

Unas semanas atrás, leí de un ministerio que recibió una llamada de la esposa de un pastor la cual estaba ebria cuando llamó. Cuando una voz temblorosa dijo, "Solo quiero que sepa que existen miles de esposas de pastores que beben para esconder su dolor. Eso es lo que yo hago. Yo bebo en secreto para adormecer el dolor. También quiero darle las gracias por sus lindos mensajes. Buen día."

Siento mucha pena por esta mujer y el sin número de esposas de ministros como ella. Algunas soportan matrimonios fríos que poco a poco están destruyendo sus almas. Y en secreto se vuelven a las drogas y el alcohol para aminorar su dolor interior. Mas sin embargo, solo están descendiendo en la profundidad y los tormentos del infierno.

Las escrituras dicen que Dios no quebrará la caña cascada. Y ahora esta pobre esposa del ministro-es una caña herida y cascada. Yo creo que el Espíritu de Dios la va alcanzar y le va ministrar.

La Biblia también dice que Dios no apagará el pábilo que humeare. Esta palabra se aplica particularmente al pastor que está atrapado en el 'internet' pornográfico. Dios está diciendo, "Dondequiera que yo vea aunque sea una pequeña chispa, yo no la apagar. En efecto, continuará ventilándola hasta que coja fuego y se convierta nuevamente en una llama!"

Quieres crecer espiritualmente? Si es así, pídele al Espíritu Santo que brille su luz en tu área débil o de pecado. Y clama a El, "Señor, quiero dar la medida con tu palabra. Y sé que solo tú tienes el poder para lograrlo en mi. Por favor- ayúdame a entender por fe que estás obrando en mi, haciéndome crecer espiritualmente!"

Dios quiere que sepas ahora mismo, que en medio de tu tormenta, El está a tu lado. El está regando tu espíritu, alimentando tu alma, echando raíces fuertes en ti. Así, que deja que los vientos de la lucha soplen fuerte. Tu Padre te está preparando para una gran cosecha!

jueves, 17 de enero de 2013

CRECEN Y NO LO SABEN



Algunos cristianos están creciendo, pero no lo saben.

Algunos creyentes te pueden contar acerca de su crecimiento espiritual. Y claramente, puedes apreciar el cambio en sus vidas. Testifican como el Espíritu Santo ha vencido al enemigo en sus vidas, y te regocijas con ellos en su victoria.

Sin embargo, este tipo de cristiano es la excepción  La mayoría de los creyentes no se enteran del progreso espiritual en sus vidas. Son diligentes, caminan en santidad y temor de Dios. Oran, leen la Biblia y buscan al Señor con todo su corazón  Y se han alejado de toda lujuria y malos hábitos  No existe obstrucción en su crecimiento espiritual. En resumen  la vida de Cristo va en aumento en estos santos.

Pero no pueden discernir ningún crecimiento en sí mismos. No sienten que algo espiritual esta sucediendo en ellos. Yo soy un ejemplo de este tipo de creyente. Yo sé que camino en la justicia de Cristo, mas sin embargo, nunca me siento santo. Nunca siento que estoy progresando. En efecto, ocasionalmente me reprendo a mí mismo cuando hago o digo algo ofensivo a Cristo. Me pongo a pensar, "He sido Cristiano por años. Cuándo voy a aprender?"

Siempre juzgamos a los demás más puros y más santos que nosotros. Sin embargo, nunca nos enteramos del maravilloso y grandioso crecimiento espiritual que Dios esta obrando en nosotros!

Pienso que los cristianos Tesalonicenses estaban asombrados cuando escucharon la resplandeciente evaluación que Pablo hizo acerca de ellos. A lo mejor pensaron, "Yo, creciendo en extremo? Pablo debe estar bromeando. Es que él no sabe que aún estoy lejos de donde debo estar? La mayoría de las veces estoy luchando. Quizás el puede ver crecimiento en mí, pero yo no."

Sin embargo, Pablo sabía que el crecimiento espiritual es algo escondido y secreto. Las escrituras lo comparan con el crecimiento de las flores y los arboles: "Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Extenderse sus ramos, y será su gloria como la de la oliva, y olerá como el Líbano." (Oseas 14:5-6).

Dios nos esta diciendo, "Mira los lirios! Trata de verlos crecer. Acomódate  y prepárate para estar allí todo el día. Te digo, que al finalizar el día no podrás percibir crecimiento alguno. Pero puedes estar seguro de esto: Con el rocío que envío todas las mañanas, yo riego los lirios-y van a crecer.

O, trata de medir el crecimiento del cedro. Siéntate debajo de él por un mes, y dime cuán alto lo ves crecer. Es probable que no percibas crecimiento alguno, hasta después de seis meses. Mas sin embargo, ese árbol esta echando raíces profundas! Verás, yo riego ese árbol con mi lluvia. Y cualquier árbol que es regado apropiadamente va a crecer. Sin embargo, ese crecimiento no se puede percibir con el ojo humano. Pues crece en secreto!"
Lo mismo sucede con la mayoría de los creyentes en cuanto al crecimiento espiritual. No se puede percibir con el ojo humano!

Algunos cristianos objetaran, "Soy creyente por diez años, y aún no siento que he crecido espiritual-mente." A esas personas les señalo el libro de Isaías. Dios promete, "Porque yo derramaré aguas sobre el secadal, y ríos sobre la tierra árida..." (Is. 44:3) También se refiere a su pueblo como "árboles de justicia,..." (61:3). El Señor mismo dice que somos árboles y flores, su sembrado muy cuidado. Y él envía su rocío y su lluvia sobre nosotros!

Déjame darte una pequeña prueba que revelará si el crecimiento espiritual está tomando lugar en ti. Sencillamente pregúntate lo siguiente, "Tengo sed de Dios? Quiero más de Jesús y su santidad? " Si la respuesta es sí, puedes estar seguro que estás creciendo. Por qué? El promete derramar su agua viviente sobre todo aquel que tiene sed de él: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados." (Mt. 5:6).

Sencillamente, Dios juzga tu crecimiento espiritual por tu hambre y sed de él. Así que, si eres sincero acerca de tu caminar con Cristo, y estas disponible a su dirección y corrección, no debes desanimarte por cualquier falta de crecimiento que percibas. El verdadero crecimiento espiritual está tomando lugar dentro de ti; lo percibas o no!

Más Dios promete que todo aquél que tenga hambre y sed de él ser saciado por su propia mano. El nos rociará del cielo. Y nos dará todos los nutrientes necesarios para producir una vida abundante en nosotros, aunque lo veamos suceder o no!

miércoles, 16 de enero de 2013

ELOGIO A LA IGLESIA


"Debemos siempre dar gracias a Dios de vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y la caridad de cada uno de todos vosotros abunda entre vosotros;" (2 Tes. 1:3).

Que elogio tan grande le ofreció Pablo a los cristianos Tesalonicenses! Esta es la esencia de lo que él dijo: "Es increíble observar cuánto han crecido, tanto en su fe en Cristo y en su amor los unos por los otros. Dondequiera que voy me jacto de su crecimiento espiritual. Doy gracias a Dios por ustedes!"

En este corto pasaje, Pablo nos ofrece una imagen asombrosa del cuerpo de creyentes que estaban creciendo en unidad y amor. La frase griega que Pablo usa en "creciendo en abundancia" significa "crecimiento por encima y mas allá de los demás." La fe y el amor de los Tesalonicenses sobrepasaba el de otras iglesias, tanto individual como corporalmente.

Obviamente, estos cristianos Tesalonicenses no estaban tratando de mantener su fe tan solo hasta que Jesús regresara. Estaban aprendiendo, moviéndose, creciendo y sus vidas daban evidencia de ese hecho. Según Pablo, ellos eran el tema de todas las iglesias en Asia.

Aparentemente, la predicación que estas personas escucharon les provocaba a un caminar mas profundo con Cristo. Derretía sus ambiciones carnales y los convencía de hábitos mundanos. Y el Espíritu Santo en ellos rompía toda barrera de color. Estaban descubriendo como abrazar a cualquier persona, fuera esta rica o pobre, educada o no. Y ofrecían gran cariño y cuidado a cada uno en amor.

Además, los creyentes Tesalonicenses no caían en error fácilmente. No permitan maestros falsos en sus medios que los engañaran con novedades religiosas. Ellos honraban y reverenciaban la palabra de Dios.

En ese tiempo, estos cristianos estuvieron bajo intensa persecución. Pero eso no fue obstáculo para que otros cristianos visitaran su extraordinaria iglesia. Una muchedumbre de personas llegaba en forma inesperada. Más sin embargo, estos visitantes no iban para ser deslumbrados por señales y maravillas, o para ser maravillados por una predicación poderosa. No, ellos iban para ser testigos del gran milagro de una iglesia que se movía en el amor de Cristo. Ellos querían ver por sí mismos como una reunión de creyentes fuertes y firmes crecían en la gracia y el conocimiento de Dios.

Ahora bien, si Pablo puede elogiar a la iglesia en Tesalónica, creo que me es permitido elogiar a nuestra congregación de la iglesia Tiempo de Cosecha. Veo y escucho cosas entre el cuerpo de creyentes que me hace creer que estamos creciendo "abundantemente" en el Señor.

Nuestra iglesia tiene ocho años de fundada, todos sabemos que somos una sangre con Cristo. Y es maravilloso experimentar el amor en nuestra iglesia. Algunos visitantes me dicen, "Desde que entré por las puertas, sentí el amor de Cristo saturando el lugar."

Como Pablo, miro a nuestra congregación y veo personas que están fuertes en el Señor. Sin embargo, no hace mucho, estas mismas personas iban a consejería semanalmente. Estaban en un subir y bajar constante en su caminar con Cristo. Una semana estaban llenos de gozo y alabanzas a Dios. Pero la semana siguiente su espíritu estaba tan deprimido que no podían levantar el rostro.

Hoy, veo una firmeza en ellos. Absorben la palabra de Dios, permitiendo que tome raíz en ellos. Como Pablo, creo que su crecimiento abundante es evidente a todos a su alrededor!
En mi opinión, existen tres cosas importantes que todo cristiano debe saber acerca del crecimiento espiritual. Espero que estas tres cosas te reten y edifiquen, compartiré de ello en el transcurso de la semana.











lunes, 14 de enero de 2013

LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO PARA SAN PEDRO


El pasado jueves 10 de enero, Dios me dio un mensaje llamando al arrepentimiento al pueblo de san pedro (plaza del pescador en Talara), la campaña la organizó la Iglesia de Dios "La verdad os hará libres" a quienes agradezco y saludo en su 1er año de obra misionera. También participaron en alabanza los jóvenes de la iglesia local y el ministerio de nuestra hna. Elsa Benavides desde Ecuador.

sábado, 12 de enero de 2013

¿QUÉ SIGNIFICA ARREPENTIRSE?


Foto: Campaña - Plaza del Pescados, San pedro - Talara
Jueves 10 Enero 2013

¿Qué significa arrepentirse?

Algunos cristianos creen que el arrepentimiento significa simplemente "dar la vuelta" e ir en la dirección opuesta. Pero la Biblia nos dice que el arrepentimiento es mucho más que esto.
Una vez escuché a hombre decir, "Estoy tan feliz que conozco el idioma griego que fue usado en el Nuevo Testamento. Pues traduce la palabra "arrepentimiento" como, "cambiar de idea."

No, este hombre no conoce el griego! El significado completo y literal de la palabra "arrepentimiento" en el Nuevo Testamento es "sentir remordimiento y reproche propio por los pecados contra Dios; estar contrito, dolido; el querer cambiar de dirección " La diferencia en significado esta en la palabra "querer." El verdadero arrepentimiento incluye el deseo de cambiar!

Además, sencillamente sentirse dolido no constituye arrepentimiento. Más bien, el verdadero dolor lleva al arrepentimiento. Pablo dice, "Porque el dolor que es según Dios, obra arrepentimiento saludable, de que no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo obra muerte." (2 Co. 7:10).

Pablo se refiere al dolor sin lamentarse, uno que es genuino, que se "adhiere" a la vida de la persona arrepentida. Este tipo de dolor piadoso produce, en forma natural, un arrepentimiento que incluye odio hacia el pecado, un temor justo hacia Dios y el deseo de arreglar los daños.

No nos debe sorprender, entonces, que Pablo predicaba arrepentimiento a los creyentes. El predicó un mensaje fuerte de arrepentimiento a los cristianos en Corinto. Los creyentes de Corinto habían sido ricamente bendecidos por Dios, siendo enseñados bajo poderosos maestros de la palabra. Mas sin embargo, su congregación permanecía en pecado.

Primero Pablo les testificó a los Corintios, "Con todo esto, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, en señales, y en prodigios, y en maravillas." (2 Co. 12:12). Pero luego Pablo les dice muy directamente: "Porque temo que cuando llegare, no os halle tales como quiero,..." (verso 20).

¿Cuál era el temor de Pablo? Era simplemente esto: "Que cuando volviere, me humille Dios entre vosotros, y tenga que llorar por muchos de los que antes habrán pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y deshonestidad que han cometido." (verso 21).

Este pastor de corazón compasivo amaba a los santos en Corinto. Sin embargo, el sabía que habían sido, enseñados que era incorrecto vivir un estilo de vida llena de pecados. Y él les dijo, "Cuando vaya a visitarlos bajar el rostro de pesar. De mis ojos fluirían lágrimas, y con mi voz levantar lamentos de dolor. Si veo que continúan en suciedad, fornicación y lujuria, seré totalmente quebrantado, porque el evangelio no ha hecho la obra en su corazón. Aún no se han arrepentido de su pecado. Y los llamaré a toda voz a que se arrepientan!"