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martes, 4 de agosto de 2009

De nada nos afanemos


No os afanéis, pues, diciendo:

¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6:31-33
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Filipenses 4:19
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado; ni su descendencia que mendigue pan.

Salmo 37:25
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.

Deuteronomio 28:2-8
Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.

Deuteronomio 28:11-13
Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová, no tendrán falta de ningún bien.

Salmo 34:10
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

3ª Juan 2
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. Lucas 6:38
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

1ª Corintios 16:2
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.

Malaquías 3:10-12
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.

2ª Corintios 9:6-8
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Mateo 19:29
El Señor es mi pastor; nada me faltará.Salmo 23:1

La diferencia en una sonrisa


¿Lo Qué Hace La Diferencia?

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren
de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas
7:14).
“Si existe luz en el alma, existirá belleza en la persona.
Si existe belleza en la persona, existirá armonía en la
casa. Si existe armonía en la casa, existirá orden en la
nación. Si existe orden en la nación, existirá paz en el
mundo.” (Proverbio chino)

Nosotros cristianos, sabemos que ese proverbio podría
comenzar diferente: ” “Si Cristo está presente en el
corazón, habrá luz en el alma, belleza en las personas,
armonía en los lugares, orden en el país y paz en todo el
mundo.”

Lo que hace todo diferente es exactamente la presencia
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en nuestras vidas.
Nuestro semblante estará siempre brillando, nuestra sonrisa
será contagiante, nuestras palabras tocarán los más
insensibles. Quien tenga Cristo tiene la vida alumbrada.

Bella es la apariencia de los que andan con Jesús. Sus manos
están siempre extendidas para hacer el bien, sus piernas
caminan en busca de los perdidos, su rostro está siempre
irradiando fe y esperanza, todo su cuerpo manifiesta la
gloria de Dios.

Cuando Cristo habita en nuestro alrededor no hay rebeldía, no hay
des entendimiento, no hay vicios y ni desamor. Lo que hay es
un cántico entonado a una solo voz: “Yo y mi casa servimos
al Señor”.

Sí, está faltando la presencia de Cristo en la mayoría de
los lugares de nuestro país. Necesita estar presente en
nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestra escuela, en
nuestro Parlamento, en las fábricas, en las áreas de ocio y
en todos los lugares donde existen personas. La corrupción
no tendría más lugar, la violencia perdería la motivación,
la mentira si escondería de vergüenza, la avaricia sería
erradicada, el amor prevalecería, la verdad enarbolaría su
bandera, la paz reinaría en las calles y la felicidad
habitaría en cada corazón.

¿Cristo a hecho la diferencia en tu vida?

Levántate

Los muros caen

Enciende una luz

lunes, 3 de agosto de 2009

Conversa con la Roca


“Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás” (Salmos 31:3).

Cierta noche, una pequeña niña hacía, suavemente, sus oraciones. Su madre le dijo: “Yo no estoy te estoy oyendo, querida”. “No se preocupe, mamá”, contestó ella con firmeza, “yo no estaba conversando con usted.”

¿Hemos sido, como aquella niña, acostumbrada a conversar con el Señor? ¿Estamos conscientes de lo qué hacemos? ¿Hemos creído, firmemente, qué el Señor nos oye y nos contesta? ¿Estamos prestos a aceptar Su respuesta, sea ella afirmativa o no?

El gran secreto de una vida feliz y bendita es colocar todos nuestros anhelos, dudas, inquietudes y todo, en la presencia de nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo.

Solo Él tiene la respuesta correcta, la decisión más acertada, el mejor camino a seguir. A Su lado caminamos tranquilos y seguros y podemos creer que no erraremos la dirección.

Cuando conversamos con el Señor, sin que los otros puedan oír, le estamos diciendo que en él está colocada toda nuestra confianza. ¿Por qué buscaríamos otros lugares si solo Él tiene la mejor palabra, el mejor consejo, la mejor
solución para todo cuanto nos aflige? Es nuestra roca y castillo y nadie puede bendecirnos como nuestro Dios.

Pasa usted por un momento difícil, converse con la Roca. Si necesita hacer una opción y no sabe lo que decidir, converse con la Roca. Si su vida parece haberse desmoronado y usted no tiene fuerzas para reconstruirla, converse con la Roca. Si
usted se está sintiendo la más feliz de todas las criaturas, sonría y agradezca a la Roca.

Jesús es nuestra Roca y no debemos alejarnos de ella en ningún momento. Afirmados en ella tendremos la plena convicción de que seremos felices para siempre.

Verdaderos Campeones


“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:2, 3).“Los campeones no son aquéllos que nunca fallan. Son aquéllos que nunca desisten.” (Edwin Louis Cole)

Uno de nuestros mayores problemas es desistir, con facilidad, de todos nuestros sueños. A la primera señal de fracaso, empezamos a murmurar, a lamentarnos por los fallos, a decir que todo es equivocado en nuestras vidas, que nunca llegaremos a lugar alguno, que lo mejor es parar e intentar un nuevo camino. Desanimados por cualquier cosa y a la menor señal de una nube oscura luego creemos que está viniendo una gran tempestad. Nos atrancamos en el cuarto de las desilusiones y ni llegamos a saber que la lluvia no vino.

Simplemente perdemos la oportunidad de aprovechar el bello y agradable día soleado.

En todas las olimpiadas asistimos con recuerdos de juegos anteriores, donde los mismos atletas, sabiendo que no alcanzarán el primer lugar en la meta, continúan marchando rumbo a ella. No piensan más en ser el mejor, pero en alcanzar su objetivo. Partieron de algún lugar en dirección a aquella línea
y han de llegar allá, cueste lo que cueste. Casi siempre enfrentarán luchas y dolores, pero el placer de ver su sueño realizado no los hará desmayar las dificultades y ni los sufrimientos. Generalmente son los más aplaudidos que los que llegaron al frente. Son también vencedores y su persistencia les garantizará un porvenir feliz.

Así es la vida cristiana. Casi siempre enfrentamos crisis, problemas en el camino, dolores y aflicciones. Pero seguimos en frente. El Señor está a nuestro lado, nos prometió victoria, dijo que las bendiciones nos seguirían, llegaremos allá.

¿Ha perdido usted la motivación al primer tropezón? ¿Ha desistido con facilidad? Crea en Dios, persevere, el Señor le dará la victoria.

Actitudes que influencian


“…y serás bendición” (Génesis 12:2).

Mi vida irá a tocar una docena de vidas antes del fin del
día. Irá a dejar marcas incontables, buenas y malas, antes
que el sol se ponga. El deseo que yo siempre tengo y la
oración que yo siempre hago es: “Señor, que yo sea capaz de
siempre ayudar a todos los que encuentre en el camino.”

Queramos o no, nuestras actitudes siempre producirán
algún tipo de influencia en aquéllos que con nosotros
conviven diariamente. Podremos transmitir cosas buenas o
malas, bendiciones o maldición. Podremos ser instrumento de
alegría o piedra de tropezón para nuestros amigos.

Muchas veces comentamos que nuestro lugar de trabajo es
malo. ¿Será qué la culpa es nuestra? Decimos que
nuestros maestros son tramposos. ¿No seremos nosotros los
tramposos? Decimos que nuestra iglesia es fría. ¿No sera que
nosotros somos los fríos? Tal vez vamos allí porque no hay
mejor cosa que hacer.

Cuando nuestros corazones están ardiendo por la presencia
del Espíritu de Dios, nuestros colegas de trabajo son
excelentes, nuestra Escuela o Facultad es bastante
agradable, estar en la iglesia es como disfrutar una estadia previa
del cielo. Todo depende de nosotros, de nuestra relación con
el Señor, del deseo que tenemos de bendecir vidas.

¿Qué tipo de influencia estamos dejando en este mundo?
¿Estamos sembrando amor? ¿Estamos esparciendo paz? ¿Estamos
llevando fe y esperanza a los lugares? No estimularemos a nadie
si mostramos desánimo, no edificaremos vidas si vivimos
murmurando a todo instante, no llevaremos los amigos
a la salvación si nuestro semblante indica que aún estamos
perdidos.

Coloque su vida en el altar de Dios. Pídale para que sus
actitudes dejen marcas de gran goce en la vida de aquéllos
que se encuentra por el camino.